sábado, 9 de noviembre de 2013

SANGRE DE TINTA

 ¡¡Hola lectores!! Seguimos con la trilogía ‘Mundo de Tinta’. Cornelia Funke nos trae la segunda parte de Corazón de Tinta.



Dedo Polvoriento está desesperado. Aún no ha conseguido volver al libro y echa mucho de menos a su familia. Tiene el libro en su poder pero Mo no puede ayudarle así que ha encontrado a una persona que quizá sí pueda, un hombre que se hace llamar Orfeo.

Por su parte, Farid quiere irse con él al libro pero Orfeo sólo devuelve al libro a Dedo Polvoriento y deja a Farid en manos de Basta, que busca venganza. Farid no le queda otra que huir y buscar a la única persona que puede ayudarle a salvar a Dedo Polvoriento, Meggie. Y Meggie le ayudará con una condición: quiere acompañarle al interior del libro aunque sabe que eso no le gustará a su padre.

Bueno lectores, el libro cambia de escenario principal. Ahora en vez de sacar personajes de libros nos metemos en ellos, que tampoco está nada mal. ¿Quién no querría entrar en su libro favorito? Un puntazo, vamos.

Sin embargo, se multiplican los personajes y los escenarios en la historia y, con ellos, los nombres raros. Al principio se te hace un poco de lío en la cabeza pero poco a poco lo vas situando todo en su lugar.

Meggie se une a la historia que discurre en Corazón de Tinta que ha empezado, digamos, a rebelarse. Ya veréis por qué os lo digo. Aparecen súpervillanos nuevos, a cuál más malo, y también héroes nuevos. La verdad, al libro no le faltan tramas porque también habrá algunos capítulos en el exterior para los que se han quedado fuera. De todo.

Conocemos a la familia de Dedo Polvoriento, que no lo tendrá fácil con su hija. Claro, 10 años fuera sin dar explicaciones ni señales de vida enfadan a cualquiera. Pobre hombre, cuando vea que la mitad de los que había dejado atrás le han seguido al libro. No se libra de ellos. También conoceremos a su otra familia, los tirititeros, que serán muy importantes en la historia.

Luego está Mo, que está metido en un lío tremendo sin saberlo. Es un personaje singular que va a convertirse en algo más que un intruso en un libro ajeno. Funke ha logrado mucho este personaje que sólo vive para su hija y su recién recuperada mujer y que hará todo por protegerlas. Madre mía, lo que sufrí.

En fin, el libro está muy bien, no se estanca en ningún momento porque siempre hay alguna historia que contar. El final te coge por sorpresa, yo lloré y todo.

En conclusión, un libro juvenil, pero que pueden leer adultos, para pasar un buen rato.

¡¡Hasta otra!!


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