domingo, 1 de diciembre de 2013

HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE

¡¡Hola lectores!! Último día y último libro. Vamos con Harry Potter y las reliquias de la muerte, el final de esta maravillosa saga.


Ahora que Dumbledore ha muerto, es deber de Harry encontrar los Horrocruxes que faltan y destruirlos para poder matar a Voldemort. Y Ron y Hermione van a ayudarle, por supuesto. Pero no saben por dónde empezar. Solo tienen la nota firmada por R.A.B que Harry encontró dentro del guardapelo falso. Sin embargo no saben si este misterioso personaje logró destruir el Horrocrux. Así que Harry, Ron y Hermione se embarcan en un peligroso viaje con el fin de derrotar de una vez por todas al Señor Tenebroso. Mientras, el propio Voldemort está buscando algo que, según él, logrará romper la conexión que tiene su varita con la del niño que sobrevivió.

¡Aaaaay lectores! Que mal llevé este libro. Se acababa la historia e íbamos a despedirnos de todos los personajes con los que tanto habíamos vivido. Que mal. Me pasé medio libro llorando, en parte porque J.K. Rowling decidió que iba a cargarse hasta el apuntador. ¿Qué les pasa a los escritores con los finales?

Nos pasamos casi todo el libro buscando los Horrocruxes con nuestros tres héroes cuyo viaje desembocará en una súper batalla final en Hogwarts. Vamos, lo que viene a ser un sufrimiento continuo. Pero tendrán la ayuda de Dumbledore, que les ha dejado en herencia el desiluminador a Ron, los cuentos de Beedle el Bardo a Hermione y la snitch que Harry capturó en su primer partido. Regalos que no parecen tener importancia pero que son vitales.

Para empezar, volvemos a vernos las caras con Umbridge. El destino (o la mala idea de la escritora) ha querido que ella tenga el guardapelo auténtico que Regulus Arcturus Black, hermano de Sirius, había robado. Como Voldemort se ha hecho con el Ministerio de Magia, Harry, Ron y Hermione tienen que colarse sin ser vistos y con absoluta discreción. Bueno, eso se les da un poco mal. Pero consiguen el guardapelo, así que no hay mal que por bien no venga.

Pero ahora viene el problema. ¿Cómo destruir el Horrocrux? Ni idea. Dumbledore no mencionó ese pequeño detalle antes de morir. Bueno, no mencionó muchas cosas que ahora que ha muerto están saliendo a la luz, como la historia de su familia y su amistad con Gridenwald. Sí, el mago tenebroso. Y Harry está muy dolido, tanto que llega a perder la fe por el director. Pero todos sabemos que Dumbledore era un genio y lo tenía todo MUY bien medido.

Pues durante ese periodo de no sabemos adónde ir ni como destruir el guardapelo, se me hizo un poco aburrido el libro, que se anima con la descomunal pelea que tienen Harry y Ron y la deserción de este último. Los celos vuelven a comerse a nuestro amigo pelirrojo. Ay Ron, que siempre haces lo mismo y luego te arrepientes. Que es justo lo que pasó. La vuelta de Ron al grupo, gracias a cierta cierva plateada, trae consigo nada más y nada menos que… ¡la espada de Gryffindor! Y con ella, Ron destruye el maldito guardapelo. BIEEEEEEEEEEN. Ya era hora.

Y tienen algo con lo que continuar. Cierto símbolo que aparece por todos lados. Averiguan que significa gracias a “La fábula de los tres hermanos” y a Xenophilius Lovegood. Es el símbolo de las Reliquias de la Muerte. Si alguien pensaba que no podía liarse más el asunto, se equivocaba. La Varita de Sauco, la Piedra de Resurrección y la Capa de Invisibilidad convierten al que las posea en señor de la muerte. Y, ¡Oh, Milagro! Harry tiene una de ellas. La grandiosa capa. ¿Alguna tienda que venda capas invisibles, por favor? Lo que haría yo con una de esas.

Y resulta que la Varita es lo que Voldemort está buscando, como no. ¿Y dónde está la dichosa varita? Pues la tiene Dumbledore. Es extraordinario como la autora encaja todas las piezas a la perfección. Chapeau. Y aquí es cuando se acerca algo que me dolió en el alma. Los mortífagos capturan a los tres chicos pero Dobby llega al rescate. Sin embargo, Dobby… ¡¡¡¡¡¡¡Dobby muere!!!!!!!! NOOOOOOOO. ¿Cómo puede hacerme esto? Qué manera de llorar. Fue una de las peores muertes, en mi opinión. Mi pobre Dobby. Malditos.

En fin, de todo esto sacamos dónde está el siguiente Horrocrux. ¡EN GRINGOTTS! Desde luego, se lo patean todo. Esta parte me encantó. No todos los días huye uno montado en un dragón y llevándose la Copa de Hufflepuff. Ole y Ole. Y al final, la búsqueda acaba en nuestro querido Hogwarts dónde está el último Horrocrux, quitando a la serpiente.

Parece que todo el mundo se ha reunido en Hogwarts a luchar. La batalla empieza mientras Harry, Ron y Hermione destruyen la Copa y la Diadema. Falta la serpiente. Yo aquí estaba de los nervios ya. ¡AAAAAAAAH! Y encima, Voldemort mata a Snape. De lo que te alegras hasta que ves lo que pasó en realidad. Bombazo de Rowling. Dumbledore le había pedido a Snape que lo matara porque ya estaba desahuciado. Y Snape en realidad, protegía a Harry porque estaba enamorado de Lily. Pero eso no es todo, resulta que aún falta un Horrocrux. Ese está dentro de Harry y para destruirlo, el propio Harry debe morir voluntariamente. Lo que te sueltan en un momento. ¡Como nos había engañado a todos Snape! En ese momento me di cuenta que era un GRAN GRAN GRAN personaje. Increíble.

Luego asimilé lo de “Harry debe morir”. Fue como NO NO NO NO NO… NO PUEDE SER. Había rumores de antes de sacar el libro de que iba a matarlo pero era imposible. ¿O no? Que shock mental tenía en ese momento. Y no se acaban las sorpresas, porque Harry tenía que pensar que iba a morir para no morir. Sí, un lío total. Pero Dumbledore se encarga de explicárnoslo, esto y veinte cosas más. Me alegré muchísimo de que volviera a aparecer aunque estuviera muerto. Fue total. Me encantó la frase de “Claro que está pasando dentro de tu cabeza Harry, pero eso no significa que no sea real”. Grandísimo Dumbledore.

Y llegamos al final. No sé cómo no me dio un infarto. Después de la maravillosa intervención de Neville matando a Nagini, llega EL DUELO FINAL. Harry vs. Voldemort. Y cómo no podía ser de otra forma, HARRY MATA A VOLDEMORT CON EL EXPELLIERMUS. Técnicamente Ryddle se mata solo porque Harry es el único dueño de la varita se Sauco. Seeeh. Fue un momento agridulce. Fiesta porque estuviera muerto por fin, pero una pena infinita por las muertes de Fred, Lupin y Tonks. ¡Que dejó al niño sin padres! Que mala idea tuvo ahí la autora. Tres muertes más a mi lista de ‘muertes imperdonables’.

Un final cerrado y genial. El epílogo fue un puntazo. Los hijos de Harry y Ginny, de Ron y Hermione… hasta el de Draco Malfoy. ME ENCANTA. Le hago la ola a J.K. Rowling por una EX – TRA – OR – DI – NA – RIA saga que he adorado y sigo adorando a mis diecinueve años. Creo que siempre serán mis libros favoritos.


¡¡Hasta otra!!

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