PERCY JACKSON Y EL MAR DE LOS MONSTRUOS

¡¡Hola lectores!! Toca seguir con Percy Jackson y los dioses del Olimpo. Ahora, la segunda parte, El Mar de los Monstruos.

Desde que sabe que es hijo de un dios y una mortal, Percy Jackson espera que el destino le depare continuas aventuras. Y sus expectativas se cumplirán con creces. Aunque el nuevo curso en la Escuela Meriwether transcurre con inusual normalidad, un simple partido de balón prisionero acaba en batalla campal contra una banda de feroces gigantes. A partir de ahí las cosas se precipitan: el perímetro mágico que protege el Campamento Mestizo es destruido por un misterioso enemigo y la única seguridad con la que contaban los semidioses desaparece. Así, para impedir este daño irreparable, Percy y sus amigos inician la travesía hacia el temible Mar de los Monstruos en busca de lo único que puede salvar en campamento: el Vellocino de Oro.

Con lo que me gustó el segundo, tenía muchas expectativas puestas en este libro. Y me lo he pasado en grande leyendo. Tanto o más que con el primero. Hasta empiezan a gustarme las portadas. La narración del autor es muy muy muy genial. De repente iba por la página 5 y un segundo después ya estaba en la 100. Es un vicio. Óle tú Rick Riordan.

Bueno, Percy está en un nuevo curso, en una nueva escuela y tiene un nuevo amigo. Y vistos los antecedentes de nuestro héroe, lo más probable es que muy normal no fuera. Y justo: Tyson es un… bueno, mejor dejo que lo descubráis vosotros. Lo que si os digo es que me encanta. Es un crack. Uno más que se suma a este variopinto grupo compuesto por Percy, Annabeth y Grover.

Y hablando de Grover. Percy empieza el libro soñando con su mejor amigo sátiro. Parece que se encuentra en apuros. Y luego aparece Annabeth en la escuela para avisarle de que el Campamento está en peligro. ¿Casualidad? Va a ser que no. Alguien, seguro de que os hacéis una idea de quién, ha envenenado el árbol que alberga el espíritu de Thalia y las defensas del Campamento Mestizo se han roto, por lo que los mestizos se encuentran en grave peligro. Si el árbol muere, el Campamento lo hará con él. Y lo peor de todo: han acusado a Quirón de ser el causante de todo. ¡Venga ya! Los dioses deberían mirarse eso de culpar a la gente sin ton ni son.

La única forma de salvar el árbol es encontrar el Vellocino de Oro. Para los que no lo sepáis, el vellocino es la piel de una oveja de oro que tiene poderes curativos. Unos muy fuertes poderes curativos. ¿La mala noticia? Lleva siglos perdido. ¿La buena noticia? Grover lo ha encontrado por casualidad. ¡Bien! El problema: Grover y el Vellocino están en las inmensidades del Mar de los Monstruos custodiados por un guardián que no es muy simpático que digamos. Muy guay todo, vamos.

Así que, Percy, Annabeth y Tyson se van a salvar a Grover y conseguir el Vellocino de Oro y, por el camino, recibirán ayuda en los lugares más inesperados. De nuevo por el camino se encuentran con criaturas de la mitología griega como Circe, que convertía a los hombres en cerdos. Muy simpática la mujer. 

Percy sigue como siempre. Cada vez me gusta más. Igual de valiente, no duda un segundo en ir a buscar a su amigo y salvar el Campamento. Por el camino descubrirá cosas que no se esperaba pero que marcarán su destino. Y muchas decisiones de las que toma le honran mucho. Soy fan del hijo de Poseidón.

Annabeth. A ver, yo quería un acercamiento entre ella y el “sesos de alga”. ¿Pasa? Puede. La hija de Atenea también empezará a tener ciertas cosas más claras. Y, por supuesto, el equipazo que forman estos dos es genial. Ambos funcionan muy bien juntos y se salvan el uno al otro en muchas ocasiones. Me encanta la pareja que hacen.

En cuanto al final, como el primero no es que acabe muy PUM no me esperaba ese final para nada. Es el típico final que te cuesta de asimilar y, al cabo de un rato, haces: AAAAH Ahora lo entiendo todo. Aún así, estoy deseando coger el segundo porque Cronos, señor de los titanes, ha cogido ventaja en el tablero. Y tengo muchas ganas de que lo envíen de una patada de vuelta al Tártaro.

Pronto, el tercero, La Maldición del Titán.

¡¡Hasta otra!!