domingo, 20 de abril de 2014

RASTRO

¡¡Hola lectores!! Continuamos con la saga de “Los lobos de Mercy Falls”. Toca el segundo libro, que Maggie Stiefvater nos trae de la mano de SM. Vamos allá.



Por más que lo desees, es imposible detener el tiempo: pasa y lo cambia todo. Y lo malo es que te arrastra consigo.

El invierno ha acabado. Para algunos es una época de cambios. De transformaciones. Pero solo para algunos: Sam sigue siendo Sam. Cole sigue siendo Cole. Isabel no sabe lo que quiere, pero sigue siendo quién es. Solo Grace no está a gusto en su propia piel.
Primavera: una estación de historias que empiezan y de otras que terminan. De despedidas, de abandonos.

Pero todo abandono deja un rastro.

Me encantan estas portadas. ¿No os encantan estas portadas? Pese a que mi favorita es la del primer libro, esta también me gusta mucho. Yo me preguntaba quién sería el lobo de ojos marrones que te mira desde la espesura. Tenía una teoría. Una teoría que acabó cumpliéndose.

Sí, el final era predecible, pero no la forma en la que sucedería dicho final. Me pasó lo mismo que con el primero. Sabía que acabaría de cierta forma pero no sabía ni cómo ni por qué. Es eso lo que acaba sorprendiéndote. A pesar de eso, es un librazo.

Con lo que me gustó el primero, tenía las expectativas muy altas. Expectativas que decayeron cuando un amigo me dijo que la trilogía perdía calidad a partir del segundo. Así que comencé el libro, no con miedo, pero sí con cierto respeto. No quería llevarme una decepción. Bueno, pues no lo he hecho. Además, a estas alturas de mi vida me queda claro que los mejores libros son las primeras partes. Aún así, me ha gustado mucho. Para mi gusto, mantiene el nivel. Al principio no me enganchó, pero creo que es por lo que me había dicho mi amigo. Sin embargo, a partir de cierto momento, la curiosidad te corroe de tal manera que no puedes dejarlo. Solo os digo que estoy escribiendo esto las dos de la mañana y que acabo de terminarlo porque no podía dejarlo.

Bueno, el libro es diferente. Para empezar se doblan las perspectivas. A las narraciones de Grace y Sam, se unen las de Isabel y Cole. Y me diréis: ¿Quién es Cole? Buena pregunta. Yo tampoco lo sabía. Pronto descubrimos que es uno de los lobos nuevos. Estas cuatro perspectivas enriquecen la historia muchísimo, mostrando muy buenos puntos de vista. Me gustó sobre todo el de Isabel. En Temblor la conocemos más bien poco y me ha encantado saber más de ella.

Grace está cambiando. Lo nota. Algo dentro de ella se esfuerza por salir pero no lo consigue. Está feliz por tener a Sam con ella, pero siente que le falta algo cuando oye aullar a los lobos. Para colmo, sus padres han decidido por primera vez en 17 años que van a fijarse en lo que hace su hija, cosa que tenderá a consecuencias catastróficas. He de decir que les hubiese dicho cuatro cosas más de una vez. A pesar de eso, Grace vuelve a encantarme. Ya os dije en la otra reseña que no me había enfadado con ella en ningún momento y lo mantengo. Y eso es todo un milagro para mí. Es madura y sensata, aunque la rebeldía empieza a asomar, cosa que siempre viene bien. Me gusta.

Sam es Sam. Adorable a más no poder. El otro día le decía a una amiga: “Sam es un peluchín”. No sé si es la definición más acertada pero se le acerca. Es un personaje que no puedo catalogar porque no había leído sobre nadie como él. Es único y me encanta. Estoy enamoradita. Quizá en este libro se le ve un poco disperso pero es normal. Está preocupado por Grace, por los lobos nuevos, por los lobos antiguos, porque no les descubran… Es demasiado. Además, intenta convencerse de que no va a volver a transformarse, lo cual le resulta difícil.

Y para resaltar la adorabilidad de Sam tenemos la capullez de Cole. He de decir que al principio me caía gordo pero, poco a poco, me ha ido cayendo mejor. Cuando vas conociendo su historia, a la vez que el evoluciona, ves otro Cole. Entiendes, en cierto modo, su forma de comportarse. Además, hacia el final del libro le hago la ola. Por dos razones. Una es que le dice una cosa a alguien que, de haber estado allí, le hubiese aplaudido. Cantar las verdades sería el término apropiado. Era justo lo que estaba pensando yo. Óle y óle. Espero conocerle mejor en el último libro, pero ya me gusta.

E Isabel. Pobrecita. Se culpa de la muerte de Jack y nadie la saca de esa idea. Encima sus padres no mejoran la situación. Sobre todo porque Tom Culppeper ha decidido crear la Brigada Anti-Lobos. *ATENCIÓN SPOILER* Cuando lleva el cuerpo de Víctor a casa de Beck… Lo hubiese descuartizado. *FIN DEL SPOILER* Aún así, Isabel lo lleva todo bastante bien, con su fría sonrisa y su escudo supuestamente indestructible que cierta persona derribará.

Y el final. Vuelvo a decir que me lo imaginaba y me enfada porque no quería que terminara así aunque no podía ser de otra manera. Se ve venir a kilómetros. Soy pesada pero tengo que desahogarme. *ATENCIÓN SPOILER* Grace loba y Sam humano. ¿En serio? Que ganas de tocar la moral Maggie Stiefvater. Ya te vale. Estoy cabreada. *FIN DEL SPOILER* Pero lo que me sorprendió fue el proceso. Qué grande es la autora. Te quedas como “¿Me tomas el pelo? O sea, que resulta que es así”. Te quedas con esa sensación de no saber qué hacer mientras miras la última línea con impotencia y piensas: “Es un asco no tener el último libro”.

Espero conseguirlo pronto porque no hay derecho de que me dejen así. Os vuelvo a recomendar esta trilogía. Da gusto leérsela y es muy rápida. Pronto (espero) el último, Siempre.




¡¡Hasta otra!!

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