¡¡Hola lectores!! Continuamos con
la saga de “Los lobos de Mercy Falls”. Toca el segundo libro, que Maggie
Stiefvater nos trae de la mano de SM. Vamos allá.
Por más que lo desees, es imposible detener el tiempo: pasa y lo cambia
todo. Y lo malo es que te arrastra consigo.
El invierno ha acabado. Para
algunos es una época de cambios. De transformaciones. Pero solo para algunos:
Sam sigue siendo Sam. Cole sigue siendo Cole. Isabel no sabe lo que quiere,
pero sigue siendo quién es. Solo Grace no está a gusto en su propia piel.
Primavera: una estación de
historias que empiezan y de otras que terminan. De despedidas, de abandonos.
Pero todo abandono deja un rastro.
Me encantan estas portadas. ¿No
os encantan estas portadas? Pese a que mi favorita es la del primer libro, esta
también me gusta mucho. Yo me preguntaba quién sería el lobo de ojos marrones
que te mira desde la espesura. Tenía una teoría. Una teoría que acabó
cumpliéndose.
Sí, el final era predecible, pero
no la forma en la que sucedería dicho final. Me pasó lo mismo que con el
primero. Sabía que acabaría de cierta forma pero no sabía ni cómo ni por qué.
Es eso lo que acaba sorprendiéndote. A pesar de eso, es un librazo.
Con lo que me gustó el primero,
tenía las expectativas muy altas. Expectativas que decayeron cuando un amigo me
dijo que la trilogía perdía calidad a partir del segundo. Así que comencé el
libro, no con miedo, pero sí con cierto respeto. No quería llevarme una
decepción. Bueno, pues no lo he hecho. Además, a estas alturas de mi vida me
queda claro que los mejores libros son las primeras partes. Aún así, me ha
gustado mucho. Para mi gusto, mantiene el nivel. Al principio no me enganchó,
pero creo que es por lo que me había dicho mi amigo. Sin embargo, a partir de
cierto momento, la curiosidad te corroe de tal manera que no puedes dejarlo. Solo
os digo que estoy escribiendo esto las dos de la mañana y que acabo de
terminarlo porque no podía dejarlo.
Bueno, el libro es diferente.
Para empezar se doblan las perspectivas. A las narraciones de Grace y Sam, se
unen las de Isabel y Cole. Y me diréis: ¿Quién es Cole? Buena pregunta. Yo
tampoco lo sabía. Pronto descubrimos que es uno de los lobos nuevos. Estas
cuatro perspectivas enriquecen la historia muchísimo, mostrando muy buenos puntos
de vista. Me gustó sobre todo el de Isabel. En Temblor la conocemos más bien poco y me ha encantado saber más de
ella.
Grace está cambiando. Lo nota.
Algo dentro de ella se esfuerza por salir pero no lo consigue. Está feliz por
tener a Sam con ella, pero siente que le falta algo cuando oye aullar a los
lobos. Para colmo, sus padres han decidido por primera vez en 17 años que van a
fijarse en lo que hace su hija, cosa que tenderá a consecuencias catastróficas.
He de decir que les hubiese dicho cuatro cosas más de una vez. A pesar de eso,
Grace vuelve a encantarme. Ya os dije en la otra reseña que no me había
enfadado con ella en ningún momento y lo mantengo. Y eso es todo un milagro
para mí. Es madura y sensata, aunque la rebeldía empieza a asomar, cosa que
siempre viene bien. Me gusta.
Sam es Sam. Adorable a más no
poder. El otro día le decía a una amiga: “Sam es un peluchín”. No sé si es la
definición más acertada pero se le acerca. Es un personaje que no puedo
catalogar porque no había leído sobre nadie como él. Es único y me encanta.
Estoy enamoradita. Quizá en este libro se le ve un poco disperso pero es
normal. Está preocupado por Grace, por los lobos nuevos, por los lobos
antiguos, porque no les descubran… Es demasiado. Además, intenta convencerse de
que no va a volver a transformarse, lo cual le resulta difícil.
Y para resaltar la adorabilidad
de Sam tenemos la capullez de Cole. He de decir que al principio me caía gordo
pero, poco a poco, me ha ido cayendo mejor. Cuando vas conociendo su historia,
a la vez que el evoluciona, ves otro Cole. Entiendes, en cierto modo, su forma
de comportarse. Además, hacia el final del libro le hago la ola. Por dos
razones. Una es que le dice una cosa a alguien que, de haber estado allí, le
hubiese aplaudido. Cantar las verdades sería el término apropiado. Era justo lo
que estaba pensando yo. Óle y óle. Espero conocerle mejor en el último libro,
pero ya me gusta.
E Isabel. Pobrecita. Se culpa de
la muerte de Jack y nadie la saca de esa idea. Encima sus padres no mejoran la
situación. Sobre todo porque Tom Culppeper ha decidido crear la Brigada
Anti-Lobos. *ATENCIÓN SPOILER*
Cuando lleva el cuerpo de Víctor a casa de Beck… Lo hubiese descuartizado. *FIN DEL SPOILER* Aún así, Isabel lo
lleva todo bastante bien, con su fría sonrisa y su escudo supuestamente
indestructible que cierta persona derribará.
Y el final. Vuelvo a decir que me
lo imaginaba y me enfada porque no quería que terminara así aunque no podía ser
de otra manera. Se ve venir a kilómetros. Soy pesada pero tengo que
desahogarme. *ATENCIÓN SPOILER*
Grace loba y Sam humano. ¿En serio? Que ganas de tocar la moral Maggie
Stiefvater. Ya te vale. Estoy cabreada. *FIN
DEL SPOILER* Pero lo que me sorprendió fue el proceso. Qué grande es la
autora. Te quedas como “¿Me tomas el pelo? O sea, que resulta que es así”. Te
quedas con esa sensación de no saber qué hacer mientras miras la última línea
con impotencia y piensas: “Es un asco no tener el último libro”.
Espero conseguirlo pronto porque
no hay derecho de que me dejen así. Os vuelvo a recomendar esta trilogía. Da
gusto leérsela y es muy rápida. Pronto (espero) el último, Siempre.
¡¡Hasta otra!!
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